Entré a la biblioteca y sentí como siempre esa sensación de alivio mezclada con pena… Un libro semejante a un árbol sanador con ramas y hojas…en su savia luces de consuelo y luego que esa savia había fluido en la muerte de tantos lectores ¿hacia donde había avanzado la humanidad? ¿Se había penetrado en la esencia de las cosas? ¿Se había alcanzado la mejoría…? La bibliotecaria, una chica joven embarazada me atendió.
- Hola
- Hola , ¿viene a devolver los libros? Pase y lleve otros si gusta.
- Me gustaría retirar un libro sobre el espíritu…le dije.
- ¿O sea…? – me preguntó con vos que comenzaba a temblar…
- Un intento o algo así por preservarnos – le respondí en un tono que pretendió ser convincente y esperanzador.
- ¿Y si el espíritu no existe? – me preguntó ya angustiada -
¿Y si existe pero no así el libro? – continuó la bibliotecaria.
- Lo escribiremos entre los dos – le respondí.
Luego de 9 meses, Viviana dio a luz a un hermoso bebé.
Yo continúo yendo a la biblioteca.
A veces nos reunimos para escribir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario